Juan Torres López
En diversas
ocasiones he demostrado que la crisis que padecemos es en realidad una
sucesión de estafas cometidas por los banqueros, las agencias de
calificación, los gobiernos, los grandes medios de comunicación, y los
bancos centrales, entre otros (ver La crisis, una estafa detrás de otra).
La
sucesión de engaños es realmente impresionante y es raro que pase una
semana o dos sin que tengamos que hacernos eco de una nueva. La
penúltima, en España, han sido los desvergonzados Presupuestos Generales
del Estado que ha presentado el Gobierno de Rajoy y sobre los que
escribí ayer (Presupuestos 2013, un engaño más).
Pero es que el mismo día en que fueron presentados volvimos a sufrir
una nueva estafa, ahora con el test que acaban de realizar a los bancos
españoles supuestamente con el fin de conocer rigurosamente su situación
patrimonial presente y futura.
La verdad es que era fácil
aventurar que algo de eso iba a ocurrir dado que diversos portavoces del
gobierno y de la banca llevaban días diciendo que las necesidades eran
más o menos de 60.000 millones de euros. Y, sobre todo, sabiendo que
quien iba a hacer el test es Oliver Wyman, la consultora que, entre
otros grandes hitos financieros, calificó a Anglo Irish como el “mejor
banco del mundo” poco antes de que quebrase.
¡Y así ha sido!
Pero resulta que no se ha tardado ni 48 horas en descubrirse que las
cifras del test están trucadas para que saliese la cantidad que
previamente habían decidido que tenía que salir.
El truco
Los
temas financieros suelen ser complicados y difíciles de entender para
la gente normal y corriente pero creo que en este caso se puede explicar
fácilmente donde radica el engaño para que cada uno saque entonces
conclusiones.
Antes que nada hay que saber que estos test son
sencillamente un ejercicio de simulación: se establecen unos escenarios
hipotéticos para la economía, y se analiza cómo pueden afectar a los
créditos que han dado los bancos para saber, finalmente, cuántas
pérdidas van a tener y, si las tienen, si les hará falta o no capital
adicional para absorberlas.
La clave, por tanto, está en acertar en tres cuestiones:
a) el escenario que se cree que se va a dar.
b) los diferentes activos o créditos que tienen los bancos y cómo les va a afectar cada situación,
c) la exigencia de capital necesario para hacer frente a cada situación.
Pues
bien, al análisis que ha hecho la empresa Oliver Wyman por encargo del
gobierno se le descubren fácilmente los siguientes "fallos":
El
primero podría ser más discutibles y es que los escenarios que contempla
(uno base más favorable y al que califica como adverso) son demasiado
optimistas, de modo que los efectos sobre la situación de los bancos es
mucho más suave que los que se deducirían si se hubiera establecido
otros más realistas.
El segundo es que, para que le salgan los
números que antes de hacer el examen se quería que saliesen, contempla
dos exigencias de capital distintas en cada escenario. En el favorable
se fija que los bancos deben mantener en el llamado capital core
(es decir, en el capital puro con el que de verdad pueden hacer frente a
supuestas pérdidas) el 9% de los créditos concedidos. Un porcentaje que
no es gratuito sino que es el establecido este verano pasado por el
propio gobierno siguiendo las directrices europeas. Sin embargo, en el
escenario adverso solo fijan el 6%.
De esta forma, no solo se
contraviene la legislación sino que se comete un absurdo: se pide a los
bancos menos capital para hacer frente a pérdidas si la situación es
peor que si es mejor . Y el absurdo se refleja con toda nitidez en el
propio informe que señala que al Banco de Santander y al BBVA le
"sobrará" menos capital en la situación favorable que en la situación
adversa (al primero, 19.181 millones de euros y 25.297 millones de
euros, respectivamente, y al BBVA 10.945 millones y 11.183 millones).
El
examen también tiene un fallo garrafal a la hora de considerar los
activos o créditos que pueden dejar de cobrarse en cada escenario.
Efectivamente,
para deducir las posibles pérdidas de los bancos españoles se
contabilizan el total de 1,4 billones de euros que tenían concedidos en
créditos a finales de 2011 (227.000 a empresas inmobiliarias, 602.000 en
hipotecas hogares, 254.000 a grandes empresas, 237.000 a Pymes y
115.000 en otros créditos diversos). Y a partir de ahí se estima que en
el escenario favorable los bancos perderían 129.400 millones de euros
(64.900 millones de inmobiliarias, 10.900 millones de hipotecas a
familias, 14.000 de las grandes empresas y 25.000 millones de las
Pymes). En el escenario adverso las pérdidas se serían 209.100 millones
de euros.
Al comparar esas pérdidas estimadas con el capital de
cada uno de los bancos es como se deduce que las exigencias de capital
total serán de 26.000 millones de euros en el escenario más favorable y
de 54.000 millones en el escenario adverso ( 59.300 millones sin
considerar los procesos de fusión y el impacto fiscal) .
Ahora
bien, el optimismo de esas cifras proviene, en primer lugar, de que el
examen no ha tomado en cuenta los créditos que la banca española ha
concedido al Estado español y que según el Banco de España a finales de
agosto alcanzaban una cifra de 184.511 millones de euros.
Es
mucho suponer que la banca española vaya a cobrar todo ese crédito
soberano, es decir, que a corto o medio plazo no se vaya a producir en
España una quita o reestructuración de la deuda que suponga pérdidas
adicionales a los bancos que la posean.
Y a estas trampas hay que sumar evidentemente el mismo engaño que se
produce cada vez que se le da dinero a bancos: que todo se hace para que
vuelvan a dar crédito a empresas y consumidores. Incluso el muy
optimista test de Oliver Wyman demuestra que la banca española va a
acumular enormes pérdidas en los próximos años y que tendrá que ir
reduciendo "apalancamiento", es decir, el porcentaje de crédito sobre su
capital. Por lo tanto, será prácticamente imposible que el crédito
fluya mientras se siga esta política de rescatar a bancos que están
medio muertos para salvar a los banqueros.
¿Hasta cuándo?
En conclusión, los ciudadanos vamos a ser engañados una vez más: ya lo
hicieron hace unos meses cuando después de examinar a Bankia el Banco de
España afirmaba que estaba perfectamente, tal y como sucedió en otros
países con otros bancos, que cayeron pocos meses o semanas después de
haber superado "exitosamente" test de solvencia bancaria como los de
ahora.
Tienen previsto darle a los banqueros lo que haga falta
para salvarlos y ya han decidido que el dinero lo pongamos la gente
normal y corriente. Y punto. Si hace falta inventarse continuamente
números, informes y mil excusas, se inventan.
Lo impresionante
es el poder de manipulación tan imponente que han acumulado y que les
está permitiendo robar a plena luz del día sin que haya una movilización
social gigantesca que les pare los pies de una vez por todas.