
Los ataques aéreos de Israel sobre la Franja de Gaza representan graves y masivas violaciones de leyes internacionales humanitarias definidas en las Convenciones de Ginebra, tanto en lo que hace a obligaciones de una potencia ocupante, cuanto en lo atinente a las exigencias de las leyes de Guerra.
Entre esas violaciones, las que siguen:
• Castigo colectivo: el millón y medio de personas que viven en la densamente poblada Franja de Gaza está siendo castigado por las acciones cometidas por un pequeño número de militantes.
• Objetivos civiles: los ataques aéreos lo son contra áreas civiles en una de las franjas más densamente pobladas del mundo, y desde luego la más densamente poblada de todo el Oriente Próximo.
• Respuesta militar desproporcionada: los ataques aéreos no solo han destruido todas y cada una de las instalaciones policiales y de seguridad del gobierno electo de Gaza, sino que han matado y herido a centenares de civiles; de acuerdo con la información disponible, al menos uno de los ataques alcanzó a un grupo de estudiantes en busca de transporte para volver a sus casas desde la universidad.
Anteriores acciones israelíes, particularmente el hermético sellado de las entradas y salidas en la Franja de Gaza, han llevado a graves carencias de medicamentos y combustible (así como de comida), resultando en la incapacidad de las ambulancias para responder a las llamadas de los heridos, en la incapacidad de los hospitales para suministrar los medicamentos y el equipo médico necesarios para los heridos y en la incapacidad de los asediados médicos de Gaza y otros trabajadores sanitarios para tratar adecuadamente a las víctimas.
Es cierto que los ataques con cohetes contra la población civil israelí son ilícitos. Pero esa ilegalidad no confiere a Israel, ni como potencia ocupante, ni como Estado soberano, derecho alguno a violar el derecho internacional y a cometer crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad como represalia. Me permito observar que la escalada israelí de asaltos militares no ha aumentado la seguridad de los civiles israelíes; al contrario, el israelí asesinado hoy, tras el estallido de violencia israelí, es la primera víctima en un año.
Israel también ha ignorado las recientes iniciativas diplomáticas de Hamás tendentes a restablecer la tregua o el alto el fuego tras su expiración el 26 de diciembre.
Los ataques aéreos israelíes de hoy, y la catastrófica mortandad por ellos causada, presentan un desafío a aquellos países que han sido y siguen siendo cómplices, directa o indirectamente, de las violaciones israelíes del derecho internacional. Son cómplices aquellos países que notoriamente le suministran equipo militar, incluidos los aviones de combate y los misiles empleados en estos ataques ilegales, así como los países que han apoyado y aun participado en el asedio de Gaza, asedio que, por sí mismo, ha causado ya una catástrofe humana.
Recuerdo a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas que la ONU sigue vinculada a una obligación de proteger a toda población civil enfrentada a masivas violaciones de las leyes internacionales humanitarias, con total independencia de la autoría de esa esas violaciones. Llamo a todos los Estados miembros, así como a los funcionarios y a todos los órganos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas, a reaccionar con urgencia, no sólo para condenar las graves violaciones de Israel, sino para desarrollar nuevas vías de protección real del pueblo palestino.
