sábado, 16 de enero de 2010

en europa ha calado la estúpida idea de ser una fortaleza

Miguel Mora, entrevista a Mauro Palma

Mauro Palma (Roma, 1948) es matemático de formación y jurista por afición y obligación. Dedicó su tesis a la lógica del sistema penal italiano, luego creó Antígona, una asociación dedicada a controlar las prisiones, y colaboró con Argentina en la investigación de los desaparecidos. En 2000 se incorporó como experto al Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, del que hoy es presidente. El comité, que acaba de cumplir 20 años, visita cada año centenares de centros de detención para supervisar el respeto de los derechos de las personas privadas de libertad en 47 países.

La situación, explica Palma ante un café y un cornetto (cruasán), es que "en Europa aún se producen casos de tortura y malos tratos, hay un creciente problema de masificación en las cárceles, las condiciones de retención de los inmigrantes son tremendas en muchos casos y algunos países aún colaboran en dar impunidad a los torturadores".

Palma recuerda que venía a este café de pequeño porque sus padres tomaban aquí el aperitivo ("hacían un turrón muy bueno, a veces venía Fellini"). Hoy pasa buena parte de su tiempo fuera de Roma, donde la realidad es menos agradable que la memoria. "El hacinamiento en las prisiones italianas ha llegado a límites intolerables". El Gobierno de Berlusconi le ha dado la razón y ha aprobado un plan para habilitar 21.000 nuevas plazas y aplicar arrestos domiciliarios al final de las condenas.

Palma tiene el dudoso privilegio de entrar sin anunciarse en las prisiones de los países firmantes de la convención. Ha estado en España. Recuerda Intxaurrondo como "un sitio donde podía pasar de todo y daba miedo entrar". Pero, más allá de los fallos particulares de cada país, Palma quiere subrayar cómo la industria del miedo se ha convertido en una moda política. "Europa está pasando del derecho penal del reo al derecho penal del enemigo. Sobre todo con los inmigrantes. La Liga del Norte lo vio antes que nadie, pero en muchos sitios se impone ese mismo discurso demagógico que acaba legitimando el maltrato. La trampa consiste en decir que es más eficaz y barato encerrar a una persona que reinsertarla. Es mentira, el circuito carcelario sólo genera más crimen. Como dijo Poincaré, 'entran cerdos y salen salchichas".

Así y todo, prosigue, "en Europa ha calado la estúpida idea de que debemos ser una fortaleza. La ampliación a seis meses del plazo de retención de los inmigrantes fue una decisión equivocada y, sobre todo, inhumana".

Palma y su equipo han elaborado un informe reservado porque creen que Italia incumple tres exigencias de la Convención Europea de Derechos Humanos. "No sabemos si Roma informa de sus derechos de asilo a los inmigrantes, si toma las decisiones de manera individual, ni si se ocupa de garantizar que Libia no tortura a los sin papeles o los manda a otro país". Antes de despedirse, deja otras noticias inquietantes. "En Europa se sigue torturando. Estamos llenos de casos y denuncias muy creíbles. El momento peor es el que sigue a los arrestos. Puedo decir que un Guantánamo en Europa no es posible, pero temo que sigue habiendo cárceles secretas". ¿Dónde exactamente? "Eso no puedo decirlo. Digamos que en el Cáucaso hay centros, lugares de paso... Pero el gran agujero negro es Bielorrusia, allí se ejecuta todavía".

http://www.cpt.coe.int/spanish.htm

domingo, 10 de enero de 2010

guerra y paz para "populares"

Alberto Piris*

Produce bastante cansancio la frecuencia con la que determinados políticos del Partido Popular, que se tienen a sí mismos por especialistas en defensa o en política internacional, en su constante esfuerzo de acoso y hostigamiento al Gobierno, le exigen a éste que defina en sede parlamentaria si las tropas españolas desplegadas en Afganistán se hallan o no en una situación de guerra.

Deben creer, se supone, que una vez conocida la respuesta todo se aclarará y quedarán desveladas las incógnitas e incertidumbres que el conflicto afgano presenta a todos los Gobiernos de los países que contribuyen al esfuerzo bélico dirigido por EEUU y la OTAN. Podría recordárseles, además, que en este caso ni el Presidente del Gobierno español ni el partido en el poder son responsables del caos que en los últimos años han causado las intervenciones militares de Occidente en el Oriente Medio, caos que ahora parece extenderse también a Yemen.

A esos autoproclamados expertos bélicos habría que sugerirles que los conceptos que han leído en los viejos textos de estrategia o de historia de las guerras se han modificado sustancialmente. Y que a la confusión en la que parecen encontrarse contribuye en mucho el hecho de que se viene dando un equívoco sentido a la palabra "guerra" en acepciones hoy usuales, como guerra contra el narcotráfico, guerra contra la Mafia, contra el crimen organizado o, Bush dixit, guerra contra el terror.

Soy consciente de que los simples comentarios de un columnista, aunque sea un veterano observador de la realidad política internacional como el que firma estas líneas, no harán mella alguna en la tenaz cerrazón de quienes no desean reflexionar sobre conceptos tan importantes. El Parlamento español ha perdido la oportunidad de abrir un debate sobre éstos, a propósito precisamente de la participación militar y de cooperación española en Afganistán. Dada la perpetua pugna electoralista, que es casi el único motor que suscita la esgrima dialéctica entre nuestros parlamentarios, las esperanzas de alcanzar algunas conclusiones inteligentes no parecen muchas.

Por eso voy a reproducir un extenso párrafo de un prestigioso historiador, que me supera en conocimientos y en veteranía, el británico Eric Hobsbawm. Se refiere en él a la distinta actividad teórica de soldados y policías, aquéllos para ganar la guerra y éstos para restablecer el imperio de la Ley, lo que tiene una connotación moral de la que carece la guerra, aunque esta distinción es difícil de llevar a la práctica: "...el homicidio que un soldado comete en acto de servicio no es delito.

Pero, ¿y si un miembro del IRA se ve a sí mismo como un soldado, a pesar de ser, según las leyes del Reino Unido, un asesino? ¿Eran las operaciones en Irlanda del Norte una guerra tal y como sostenía el IRA, o un intento por mantener el orden frente a un grupo de malhechores en una provincia del Reino Unido? A la vista de que, durante más de treinta años, la movilización contra el IRA no afectó únicamente a un contingente policial numeroso sino también al ejército, podemos concluir que sí fue una guerra, aunque siguió un plan sistemático, como si de una operación policial se tratara, para minimizar el número de bajas y no perturbar el día a día de la provincia. Al final, se alcanzó una solución negociada que, como es habitual, no ha traído consigo de momento la paz; tan solo la ausencia de enfrentamientos. Así de complejas son las relaciones entre guerra y paz al comienzo de este nuevo siglo".

¿Cabe imaginar a nuestros parlamentarios de las comisiones de Defensa y de Asuntos Exteriores, dejando por un momento de lado el habitual y estéril enfrentamiento partidista y discutiendo razonadamente sobre un texto tan claro y enjundioso como el que arriba se reproduce?

La plantilla esbozada por la argumentación del profesor británico puede servir para razonar, sea sobre la lucha contra ETA, sea sobre la situación actual en Afganistán, Iraq, Colombia, Israel, etc. Allí donde las armas sigan matando, donde la injusticia siga provocando desigualdades y odios, donde la explotación de unos pueblos por otros o de unas clases sociales por otras siga siendo un fermento de inestabilidad y violencia.

Hoy el Parlamento quiere discutir sobre Afganistán; mañana, quizá sobre Yemen... y en esas discusiones superficiales, que pueden ser votos para mañana pero fracasos para pasado mañana, se van despilfarrando las oportunidades de encontrar soluciones a los verdaderos problemas de fondo, los que agobiarán a nuestros hijos y nietos, como acabamos de contemplar, avergonzados, en la opereta que ha tenido lugar recientemente en Copenhague.

*Alberto Piris es General de Artillería en la Reserva