sábado, 11 de abril de 2009

CAMBIO CLIMATICO Y COPENHAGUE 2009

Ulrich Brand*

En los últimos veinte años el cambio climático y sus impactos potenciales y reales se han hecho cada vez más evidentes. Esto se debe a los resultados de la investigación científica pero también a los movimientos ambientalistas, los medios, la intelectualidad crítica, dirigentes de gobierno progresistas y productores de energías alternativas, que han hecho de este problema y sus implicancias un centro de atención política y social.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto surgieron en la década de 1990 como el mecanismo político internacional para abordarlo. En los últimos dos años, la cuestión del cambio climático ha trepado a la cima de la agenda política. Esto tiene relación con la publicación del Cuarto Informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), el Informe Stern (este último con un mensaje simple y economicista) y con los precios exorbitantes de la energía y el argumento de que se ha llegado al "pico" del petróleo, una expresión que refiere a que de que a partir de ahora la cantidad de recursos petrolíferos nuevos que se encuentren serán siempre menores al lo que se consume. El PICC y Al Gore ganaron el Premio Nobel de la Paz; en las cumbres del G8 en 2007 en Alemania y en Japón en 2008, el cambio climático y la energía fueron temas centrales de la agenda. La Conferencia de las Partes de la CMNUCC en Bali, en diciembre de 2007, se transformó en una reunión con una repercusión mediática de nivel mundial.

Sin embargo, es notorio que no es mucho lo que ha cambiado en los últimos veinte años. El consumo de petróleo y gas ha aumentado enormemente, los patrones de producción y consumo siguen siendo los mismos, y más aún, estos procesos han sido rápidamente globalizados a través del capital transnacional, las políticas de Estado y el modo de vida de una clase media mundial.

Esto obedece a una razón principal: las políticas ambientales en general, y las políticas de cambio climático en particular, son formuladas de acuerdo a la política dominante y los intereses asociados a ésta. Hoy, la política dominante es neoliberal y neo-imperial, se orienta a la competitividad y al mantenimiento y fortalecimiento del poder de los gobiernos, las empresas y las sociedades del Norte. Las políticas favorecen los intereses de los propietarios de activos y de las clases medias mundiales - incluidas las clases medias de los países con economías emergentes como China, India o Brasil. Todavía se promueve en el mundo el modo de vida occidental como algo atractivo. Todavía se equipara el bienestar y seguridad social con el crecimiento económico, y esto supone el crecimiento de la producción de automóviles, aeropuertos, agricultura industrial, etc. en base al uso intensivo de los recursos.

El papel de la CMNUCC

Es importante reconocer que la cuestión del cambio climático fue politizada a través del conocimiento científico, especialmente a través del PICC. De todas formas, existe el peligro de considerar el problema del cambio climático exclusiva o predominantemente como un problema global que debe ser enfrentado globalmente, es decir desde arriba, con el conocimiento occidental y a través de técnicas de gestión. De esta manera se soslayan la multiplicidad de conflictos locales en torno a recursos escasos y el uso de la tierra. La existencia de muchas alternativas queda relegada por la existencia de un "problema global". Por otra parte, muchas formas locales de producción y de vida en realidad están en riesgo por causa del capitalismo globalizado, así como por un tipo de política climática que está modelado por las estructuras de dominación. El desarrollo de la producción de agrocombustibles para el mercado mundial en el seno del sector agrícola es solamente la tendencia más visible.

Lo que surge en los últimos 20 años es un tipo de manejo global de los recursos en el cual los gobiernos, los empresarios, los científicos, algunas ONG y los medios actúan colectivamente para controlar la destrucción del medioambiente. A veces se critica el contenido de las políticas como insuficiente. Pero no se formula una crítica a la forma de la política. No se critica la forma de la política intergubernamental, es decir, la diplomacia bajo la presión de los grupos de interés, en busca de un consenso que sistemáticamente lleva a compromisos débiles. Es más, se minimiza la necesidad de cuestionar el poder corporativo empresarial y los estilos de vida de las clases altas y medias para enfrentar con seriedad el cambio climático.

Los instrumentos de la política ambiental mundial se basan fundamentalmente en el mercado, porque "el mercado" es considerado por poderosos actores como el mejor de los medios para tratar problemas de largo alcance como el cambio climático. No por casualidad, el principal instrumento de la CMNUCC es el comercio con los derechos de emisión. Más aún, esto justifica políticas débiles "en casa" porque no se puede fomentar transformaciones profundas si los otros países no participan. Es una cuestión de competitividad.

La actual división del trabajo (junto con las divisiones de clase, género, raza, edad, y estratificación internacional), que está determinada por estructuras de dominación, casi no es problematizada en los debates sobre transformaciones socio-ecológicas. De ahí que las políticas ambientales han pasado a ser una estrategia moral fundada en la eficiencia y orientada a las clases medias.

La generalización del modo de vida occidental es cínica porque miles de millones de personas son pobres y carecen de acceso a los medios básicos de subsistencia. Sin embargo, la dinámica capitalista promociona que los patrones de producción y consumo de este tipo tienen igualmente dimensiones atractivas, como la individualidad y ciertas formas de libertad.

Para contrarrestar los efectos y las novedades del manejo global de los recursos determinado por las estructuras de dominación, necesitamos un debate público amplio y pasos prácticos hacia la necesaria transformación de los modelos de producción y consumo, y cambios de orientación en relación al mundo natural y el poder de los Estados y el capital.

La CMNUCC no es la institución responsable del aumento de emisiones de CO2 y el modelo de desarrollo basado en combustibles fósiles, es decir de la continuidad del cambio climático. El proceso es mucho más amplio, abarca a actores económicos y políticos muy poderosos y está asimismo vinculado a los estilos de vida de las clases altas y medias en todo el mundo. A nivel institucional, la OMC, el FMI y el Banco Mundial, que promueven la liberalización del comercio y las políticas de ajuste estructural, son las fuerzas motrices centrales que actualmente dañan las relaciones entre sociedad y naturaleza.

Resulta muy importante y problemático que la CMNUCC sostenga que es el mecanismo central y más adecuado para detener el cambio climático. Pero en los últimos 15 años se ha vuelto evidente que es muy poco lo que se ha avanzado en torno al problema con los enfoques tecnocráticos -por el contrario, los modos de vida y las orientaciones políticas dominantes están siendo hoy re-legitimadas. La CMNUCC materializa el hecho de que hay una toma de conciencia politizada sobre el cambio climático. Esta toma de conciencia se estructura en formas específicas que están alineadas con las fuerzas sociales y los intereses dominantes. No es independiente del desarrollo neoliberal y neo-imperial. No por casualidad, la dominación modificada de la naturaleza a través de las estrategias de modernización ecológica, el conocimiento occidental, el papel preponderante de los expertos y de supuestos "líderes iluminados", conjuntamente con los instrumentos basados en el mercado, son los factores que determinan las políticas ambientales. Esto representa un desastre cotidiano para miles de millones de personas.

La modalidad política de manejo de crisis que existe en este terreno es la diplomacia, y lo que allí prima es la defensa de los "intereses nacionales" en el marco de las condiciones del capitalismo globalizado y la competencia. Cuando los gobiernos retornan de grandes conferencias en las cuales, una vez más, se ha evocado la noción de estar "ante una encrucijada", siguen obedeciendo a los actores poderosos como la industria automotriz, las empresas productoras de semillas, la agroindustria, los productores de carne, etc. Además, se puede apreciar claramente que los ministerios de medioambiente son relativamente débiles, ya que los temas de la energía quedan en manos de otros aparatos más fuertes.

Este es un hecho verificable en el campo de los agrocombustibles. Cuando se trata de seguridad energética y ganancias, se dejan de lado interrogantes críticas y experiencias desastrosas. Los gobiernos del Sur, como el de Brasil o el de Indonesia, presentan el tema de los agrocombustibles como una "oportunidad de crecimiento y desarrollo". Las reestructuraciones en la agricultura son determinadas por la gran demanda de la UE, donde se están implementando normas específicas que exigen la mezcla de gasolina y etanol. Pero ¿para quién y a qué precio? Los consumidores de la clase media mundial apoyan esta política de desarrollo porque le temen al alza de los precios de la energía. Se abandonan las alternativas, o se reducen a un campo menor de la "mezcla de energía".

En definitiva, lo que experimentamos en el campo de las políticas ambientales es un intento de reestabilizar el proyecto de globalización neoliberal-imperial impulsado por las crisis, presentando una imagen progresista en materia de elaboración de políticas ambientales. "Los líderes del mundo han entendido el problema", esto es lo que oímos en las cumbres del G8 y la CMNUCC. Pero en realidad las modalidades actuales en materia de políticas ambientales y de recursos siguen siendo formuladas por el poder y no cuestionan las relaciones de dominación existentes. En otros foros, como el G8, se formulan políticas irresponsables como el desarrollo de usinas nucleares, que penetrarán el debate y las políticas de la CMNUCC.

Trascender la gestión global de los recursos Para reorientar la acción política y social en pos de verdaderas alternativas a las formas y contenidos dominantes en materia de políticas climáticas, ambientales y de recursos, es necesario someterlas a la crítica y cambiarlas.

Desde una perspectiva emancipatoria es de suma importancia detener el cambio climático, lo que a su vez implica frenar los modelos de consumo y producción basados en los combustibles fósiles. Estos afectan fundamentalmente a los grupos sociales vulnerables que no pueden defenderse de la escasez de agua y las sequías o contra las lluvias torrenciales y las inundaciones. Estos hechos suceden con mayor frecuencia porque prima el ánimo de lucro y porque estos enfoques son considerados parte del "progreso" y de un estilo de vida confortable para mucha gente. Tales enfoques se han vuelto predominantes gracias a una manera patriarcal y "moderna" de entender la dominación de la naturaleza, que posibilita su explotación, mercantilización y destrucción. Los movimientos sociales radicales y las ONG críticas, así como los intelectuales y medios críticos reconocen que la CMNUCC no es un mecanismo adecuado para encarar una de las crisis más severas que enfrentamos. Como otras instituciones políticas internacionales - en el terreno ambiental o en otros - la CMNUCC es parte de una modalidad de gestión global de los recursos de carácter capitalista, occidental, blanco y masculino. No debería seguir siendo legitimada mediante la participación de las ONG críticas, los movimientos sociales y otros actores críticos. No necesitamos una "globalización sustentable", que básicamente significa más neoliberalismo e imperialismo.

Después de 15 años de experiencia con la CMNUCC desde que entró en vigor en 1994, se puede apreciar con claridad que necesitamos acciones políticas y sociales fundamentalmente diferentes. Los Estados son aún actores importantes, pero ellos y sus funcionarios no son las fuerzas motrices. Por el contrario, son principalmente un obstáculo para políticas serias. Cambiar los modelos de producción y consumo, los estilos de vida y los significados de una "buena vida", el poder corporativo de las empresas y las políticas de manejo de los recursos es un proceso amplio. Requiere tener en cuenta varios elementos.

Un elemento central es poner explícitamente de manifiesto una crítica enraizada en la práctica al dogma de la competitividad ligada al desarrollo tecnológico. Son pocos los gobiernos y los actores sociales que han entendido los peligros de las tendencias actuales. Lo que se necesita es una re-politización del "mercado". No se trata simplemente de un mecanismo supuestamente eficaz de asignación de recursos, sino que es un instrumento altamente eficaz para generar la dominación, más o menos opaca, de algunos sobre otros. El mercado es sinónimo de poder y explotación según criterios de clase, género, raza y alineamiento Norte-Sur. Por este motivo, constreñir el poder de las grandes empresas industriales y financieras es una tarea crucial que debemos encarar. Pero si somos exitosos, eso significará menor crecimiento económico, con todas sus consecuencias en términos de las ganancias, el poder del capital privado, los ingresos fiscales del Estado y el empleo en los sectores tradicionales.

Una política emancipatoria debe cuidarse de no pecar de moralista respecto de la política ambiental. Por supuesto que necesitamos menos consumo de carne, automóviles/movilidad y aparatos electrónicos, etc. Pero esto no puede ser tan sólo un reclamo moral que deje de lado las estructuras sociales basadas en las relaciones de poder. Son necesarios estilos de vida y formas de producción, intercambio y división social del trabajo alternativos y atractivos, así como identidades alternativas -y son posibles: La protección de los bienes naturales comunes (el agua, la biodiversidad, el aire, etc.) contra su mercantilización es, en muchos casos, una lucha muy concreta. El consumo colectivo, las infraestructuras que lo acompañan, una mayor eficiencia energética y bienes sustentables, no son elementos que estén vinculados exclusivamente a procesos de aprendizaje sino que también podrían cuestionar el poder de ciertos productores y la aceleración de la globalización de lo "descartable". Necesitamos la reconversión de muchas industrias existentes, aprovechando el enorme conocimiento de los productores que allí reside.

Las cuestiones ambientales están profundamente ligadas a lo social. El trabajo digno versus la superexplotación, especialmente de los inmigrantes ilegalizados y muchos obreros en el Sur global, es una contradicción que obedece a la misma lógica de lucro y acumulación que está precipitando la destrucción de la naturaleza. Es necesario politizar los intereses inmediatos de los trabajadores respecto de la comida barata, la energía y otros bienes que se producen en condiciones no sustentables y antisociales. De todas formas, también aquí hay un problema a resolver dado que los intereses a corto plazo de muchas personas están vinculados a la producción y al consumo no sustentable. Las orientaciones y prácticas socio-ecológicas emancipatorias necesitan entrelazarse con otros aspectos de la vida y a la redistribución de la riqueza social.

Conflictos y reclamos radicales-emancipatorios

Es posible pensar, y ya existen, muchas alternativas posibles. Deberíamos preguntarnos si el tema del cambio climático, tan altamente politizado, no abre una vía al pensamiento y la acción más transformadora. Posiblemente a través de los conflictos socio-ecológicos se pueda dejar en evidencia que en juego está mucho más que políticas testimoniales contra el cambio climático fundadas en la gestión global de recursos: los temas de la democracia y la toma de decisiones, el poder sobre el conocimiento social y los medios de producción, la necesaria reducción de la jornada laboral, la valorización de actividades reproductivas referidas al cuidado humano, la salud, la alimentación, etc.

Por eso, proponemos una campaña internacional para transformar radicalmente la política del cambio climático. Para eso, necesitamos formular reclamos y propuestas radicales a través de debates e intercambios de experiencias y puntos de vista. Esos reclamos y propuestas deben plantearse en el seno de los debates y problemas actuales y alterar la interpretación que hoy tenemos de ellos, ofreciendo así posibilidades para la acción.

Nuestra crítica de las políticas dominantes de medioambiente y cambio climático no implica ser cínicos sobre el cambio climático, y nuestra intención no es en absoluto fortalecer el grupo de intereses que defiende la vía de desarrollo basada en los combustibles fósiles. Sin embargo, no vemos la solución al problema en el conocimiento científico occidental, en los procesos intergubernamentales y en la modernización ecológica para las clases medias occidentales, a expensas de muchos otros, especialmente los pobres, y las condiciones materiales de la vida en el planeta.

La política en tiempos de profundas crisis socio-ecológicas tiene que ser diseñada de otra manera, como un proceso transformador informado, que tome en consideración las muchas ambigüedades, pero con la mira puesta en un mundo más justo, basado en la solidaridad -más allá del dogma de la competencia y el lucro. Queremos reorientar los debates y las políticas hacia transformaciones socio-ecológicas y emancipatorias fundamentales, al unísono con el reconocimiento de las prácticas alternativas.

* Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Viena

viernes, 10 de abril de 2009

NAPOLITANO "EXIGE RESPONSABILIDADES" A QUIENES PODIAN HABER EVITADO LA TRAGEDIA Y NO LO HICIERON

Asciende a 281 el número de muertos
Roma, 10 de abril

Los miles de damnificados por el terremoto que este lunes sacudió el centro de Italia afrontaron ayer su cuarta jornada de calvario, en la que los muertos ascendieron a 281 y los equipos de rescate no lograron encontrar más supervivientes bajo los escombros de los edificios derrumbados.

En medio de este escenario desolador, el jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano, pidió responsabilidades a quienes podrían haber evitado esta tragedia y no lo hicieron.

El presidente de la República pidió ayer un "examen de conciencia sin discriminaciones ni colores políticos" a quienes podrían haber evitado las trágicas consecuencias del terremoto que este lunes sacudió la ciudad de L'Aquila y sus alrededores provocando al menos 281 muertos, más de un millar de heridos y cerca de 20.000 evacuados.

"Nadie" de quienes podrían haber tenido alguna responsabilidad en todo esto "debería cerrar los ojos", recriminó con dureza el jefe del Estado con ocasión de su visita a la zona, donde el seísmo derribó numerosos edificios, tanto públicos como privados, nuevos o antiguos e incluso construcciones realizadas bajo supuestos criterios antisísmicos.

De hecho, éste es uno de los aspectos de la tragedia que más sorprende, sobre todo teniendo en cuenta la capacidad de resistencia que demuestran los edificios en otros lugares del mundo que también están habituados a sufrir terremotos de magnitud igual o superior, tales como Japón. Y eso, teniendo en cuenta que la región de Abruzzo (de la que L'Aquila es la capital), así como la de Umbria y otras regiones de Italia son algunas de las zonas sísmicas más peligrosas de Europa.

"Hay que ver porqué no han sido activadas las normas indispensables que ya habían sido traducidas en ley y preguntarse porqué no se realizaron los controles necesarios" en una zona de alto riesgo sísmico, resaltó Napolitano. Aun con todo, "más allá de las responsabilidades, es necesario decidir lo que se puede hacer para que todo esto no vuelva a suceder nunca más", remarcó.

100 MILLONES DE EUROS PARA LOS DAMNIFICADOS.

Por su parte, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, aseguró que la Fiscalía ya está investigando posibles responsabilidades y anunció que el Gobierno destinará un total de 100 millones de euros para asistir a los damnificados.

Además, las familias que han tenido que abandonar sus casas recibirán una ayuda de 400 euros mensuales, que ascenderá a 500 para las personas discapacitadas o mayores de 65 años. Asimismo, los comerciantes, artesanos y agricultores que hayan tenido que suspender sus actividades productivas como consecuencia del terremoto serán indemnizados con 800 euros mensuales.

Otra de las medidas adoptadas por el Gobierno es la suspensión por al menos dos meses del pago de las facturas de luz y gas. Sin embargo, uno de los temas que más preocupa a los damnificados es el de las hipotecas. Además de haberse quedado sin casa, muchos de ellos temen ser obligados a seguir pagando igualmente la hipoteca que asumieron por ella.

Por esta razón, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, envió una carta a la Asociación Bancaria Italiana (ABI) en la que pidió a los institutos bancarios que se solidaricen con los afectados, suspendiendo el pago de las hipotecas y reduciendo los costes de las operaciones financieras.

Entre tanto, prosiguen las tareas de rescate por parte de los equipos de emergencia, encaminadas más a la extracción de cadáveres que a encontrar nuevos supervivientes, la última de las cuales, Eleonora, de 20 años, fue rescatada el martes por la noche tras pasar 43 horas atrapada.



jueves, 9 de abril de 2009

AUMENTAN A 279 LOS MUERTOS EN EL TERREMOTO DEL CENTRO DE ITALIA

Una nueva réplica de 5,2 grados sacude la zona

ROMA, 9 Abr. (Reuters/EP)

El número de personas que han perdido la vida en el terremoto que el pasado lunes sacudió el centro de Italia ha ascendido a 279, según el balance ofrecido esta mañana por los Carabinieri.

El último cuerpo que los equipos de rescate han sacado de los escombros corresponde a un joven universitario procedente de Molise (sur de Italia).

El cadáver fue recuperado hacia las 9.35 horas de esta mañana en la ciudad de L'Aquila y se encontraba entre las ruinas del pequeño apartamento que ocupaba el estudiante durante el curso académico.

Esta noche también fueron rescatados los cuerpos de otros cuatro universitarios, todos ellos en la Casa del Estudiante de L'Aquila, el edificio de pisos en el que vivía más de un centenar de jóvenes tanto italianos como extranjeros.

Tras días de búsqueda, los equipos de rescate dieron con los cadáveres de los dos primeros hacia las 23.30 horas de ayer. Hacia las 3.00 horas fue recuperado el cuerpo de otra chica, mientras que el último cadáver fue recuperado cerca de las 6.00 horas de la madrugada.

La última persona que ha sido rescatada con vida de los escombros es Eleonora, una joven de 20 años que pasó 43 horas bajo los restos de los edificios derrumbados y fue rescatada el martes por la noche. Ayer, en cambio, fue recuperado el cadáver de su amiga Enza de entre los escombros del mismo edificio, en el que los equipos de rescate siguen buscando el rastro de otros desaparecidos.

DESPLAZAMIENTO DEL EPICENTRO

Las tareas de rescate se ven interrumpidas periódicamente por las constantes réplicas del terremoto que está experimentando esta zona de Italia, entre las que destaca la de 5,2 grados en la escala de Richter que esta madrugada volvió a sembrar el pánico entre la población.

Según los equipos de geólogos que están monitorizando la situación, el epicentro del terremoto se está desplazando en dirección norte, hacia las poblaciones de Pizzoli y Barete. Las nuevas sacudidas han causado nuevos derrumbes tanto en el centro de L'Aquila como en localidades más afectadas como Paganica y Onna.

miércoles, 8 de abril de 2009

NO BASTA CON GANAR LA GUERRA

Alberto Piris

Refiriéndose a la ley recientemente aprobada en Afganistán, que confirma el papel secundario y esclavizado de las mujeres, hasta el punto de que acepta la violencia sexual dentro del matrimonio y la dependencia de aquellas respecto a los hombres de la familia, Obama, con motivo de la reciente cumbre de la OTAN, hizo este comentario: "Creo que es una ley aberrante. Con toda seguridad, mi Gobierno comunicará al presidente Karzai nuestra opinión al respecto".

Y añadió: "Deseamos hacer todo lo posible para suscitar y promover el imperio de la Ley, los derechos humanos, la educación de las mujeres y las niñas en Afganistán, el desarrollo económico y la mejora de las infraestructuras". Aunque luego matizó: "Pero también quiero que la gente entienda que la razón principal de nuestra presencia allí es la de destruir a Al Qaeda, para que no pueda atacar a los miembros de la Alianza".

No es preciso leer entre líneas para advertir que, con tal de ganar una guerra que hoy es la principal preocupación militar de la OTAN y de EEUU, puede convenir en algunos casos cerrar los ojos ante ciertos aspectos, como la ineludible crítica a una ley que parece dictada por el régimen talibán que fue derribado por las armas occidentales en 2001. "Esa ley no impedirá que EEUU alcance sus objetivos militares", declaró Obama en otro momento.

La citada ley establece que una mujer chiíta solo puede salir de su casa "para una finalidad legítima", aunque no se aclara cuál pueda ser ésta. También obliga a que "salvo si la mujer se encuentra enferma, deberá dar una respuesta positiva a los deseos sexuales de su marido". Otros aspectos relacionados con el divorcio, la custodia de los hijos y el matrimonio son legislados con un claro menosprecio por las mujeres.

Es muy probable que Karzai percibiera una señal de alarma al conocer las declaraciones del Secretario General de la OTAN en el diario The New York Times, en las que aludía a la paradoja de que la Alianza Atlántica haya desplegado en Afganistán un contingente militar de hombres y mujeres que luchan por el pueblo afgano, mientras que en éste las mujeres son discriminadas por una ley dictada ex profeso.

Karzai tampoco desea aparecer a los ojos de Occidente como un extremista islámico y promete revisar la ley citada, aunque avisa que lo hará "en consultas estrechas con los clérigos del país", lo que no resulta un procedimiento muy democrático. Para quitar importancia al asunto, desde los círculos próximos a Karzai se insiste en que esa legislación solo es aplicable a la población chiíta, que constituye un 10% del total, lo que también revela el poco aprecio de los derechos humanos que tienen algunos dirigentes afganos.

Está claro que algo ha cambiado en el orden de prioridades. Ya no se trata tanto de extender la democracia, el respeto a los derechos humanos y las costumbres civilizadas a un pueblo, mejorando su situación y mostrando, con el ejemplo, las ventajas del nuevo modelo, como de pasar todo lo anterior a un segundo plano y concentrar los esfuerzos para destruir a un enemigo que se está mostrando más duro que lo que inicialmente se estimaba. Y cuyos éxitos, prolongados en el tiempo aunque de importancia no resolutiva, están empañando la imagen de la OTAN cuando esta organización celebra su sexagésimo aniversario.

La Historia muestra situaciones en las que, al recurrir a la guerra para alcanzar ciertos objetivos, se produce un fenómeno de transposición, y los objetivos, a menudo, son relegados a un segundo plano porque la primera prioridad pasa a ser la de ganar la guerra. Ésta establece su propia dinámica y las necesidades militares suelen acabar imponiendo sus criterios sobre los objetivos políticos.

No es imposible que Al Qaeda sea derrotada en Afganistán en un plazo razonable, si la estrategia militar aplicada es eficaz y se complementa armónicamente con los planes económicos, políticos y sociales de desarrollo, lo que todavía está por ver. Pero una victoria de la OTAN en ese país no garantizará que el terrorismo islámico no se reproduzca en cualquier otro, incluso en versiones más violentas y peligrosas. ¿Habría que reanudar entonces todo el proceso, partiendo nuevamente de cero?

La victoria aliada en la Primera Guerra Mundial plantó las semillas de la Segunda. Concluida ésta, solo la audaz iniciativa política francoalemana, el germen de la futura Unión Europea, impidió que el ciclo se repitiera. La demencial "guerra contra el terror" que iniciara Bush solo podrá encontrar un fin definitivo si con medios distintos a los únicos que puede proporcionar la OTAN -militares- se instrumentan fórmulas innovadoras que desde nuevas perspectivas aborden la resolución de los viejos problemas. Ni siquiera Obama parece decidido a emprender este camino.

* General de Artillería en la Reserva

martes, 7 de abril de 2009

EE.UU., INTELIGENCIA VERSUS CORRECIÓN POLÍTICA

Jim Lobe *

Entrevista realizada al ex embajador Charles Freeman, designado hace dos meses para presidir el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos y que renunció tras una dura campaña del llamado "lobby pro-israelí".

El Consejo está a cargo de coordinar la producción de análisis, basados sobre datos aportados por las 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos, dirigidos al Poder Ejecutivo, al Congreso legislativo y a la opinión pública.

Al conocer su designación —propuesta por el director de Inteligencia Nacional, almirante Dennis Blair—, diversas figuras derechistas socavaron su posición recordando sus críticas al vínculo de Israel con sus vecinos árabes y al trato que ese país les brinda a la población palestina.

Freeman, de 66 años, fue apoyado con fuerza por numerosos ex funcionarios de inteligencia y del servicio exterior, como los ex embajadores en la ONU y en Israel Thomas Pickering y Samuel Lewis.

Este diplomático con estudios en las universidades de Harvard, Yale y la Autónoma de México llegó a encabezar la Embajada de Estados Unidos en Arabia Saudita (1989-1992), pero antes trabajó en las de India, Taiwán, China y Tailandia. Fue, incluso, el principal intérprete del fallecido ex presidente Richard Nixon (1969-1974) en su primera visita a Beijing, en 1972.

Pickering, Lewis y otros 15 altos diplomáticos retirados consideran a Freeman "un hombre de integridad y gran inteligencia que nunca dejaría que sus puntos de vista personales ensombrecieran o distorsionaran las estimaciones de inteligencia".

IPS dialogó con Freeman en Washington.

IPS: Como la información pública sobre su designación se concentró en unos pocos asuntos, nunca se conocieron muchos detalles sobre lo que usted esperaba hacer como presidente del Consejo Nacional de Inteligencia.

CHARLES FREEMAN: Francamente, me acerqué a esto sopesando hipótesis y con la intención de explorar algunas cuestiones sustanciales. Digo "hipotésis" porque uno nunca sabe, hasta que se encuentra con realidades burocráticas o de otro tipo, si su idea de lo que se debe hacer es realista o factible.

Pero mi sensación era que en los últimos años hubo varios problemas con la comunidad de inteligencia y com sus resultados. Hubo problemas obvios de calidad y de credibilidad, especialmente en vísperas de la guerra de Iraq. Creyó en las afirmaciones de grupos de exiliados (iraquíes) y determinó sus conclusiones según el gusto político de sus principales consumidores.

IPS: ¿Qué clase de cambios de procedimientos pensaba implementar?

CHARLES FREEMAN: Habría intentado alentar fuertemente a la comunidad de inteligencia a usar información clasificada como forma de corroborar información que no es clasificada, o que no es terriblemente delicada aunque sí sea clasificada. En otras palabras, habría urgido a los analistas a reducir, y no a aumentar, los niveles de clasificación.

Buena parte de las críticas a mi designación se centraron en la posibilidad, aparentemente horrorosa, de que yo produjera inteligencia que no se ajustara a la conveniencia o corrección política. Una inteligencia que no se adaptara a los preconceptos o preferencias políticas de sus consumidores. Y eso habría sido inaceptable.

IPS: ¿Qué puede decir sobre la forma en que hoy se reúne y evalúa la información de inteligencia?

CHARLES FREEMAN: En buena medida, hubo una tendencia a atender el corto plazo —por ejemplo, ¿cuántos túneles colapsaron ayer en Gaza bajo las bombas israelíes?—, sin pensar en las cuestiones de más largo plazo.

¿Qué significa para Israel que estén colapsando esos túneles? ¿Qué significa para Egipto? ¿Y para los palestinos en Gaza? ¿Qué significa para la comunidad internacional? Y, lo que es más importante, ¿qué significa para los intereses de Estados Unidos? ¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de la ausencia de paz para los israelíes y de las continuas restricciones a los palestinos?

IPS: ¿Y qué sucede? ¿Por qué las cuestiones estratégicas de largo plazo no reciben suficiente atención?

CHARLES FREEMAN: Una de esas cuestiones es el futuro del dólar como moneda de reserva. En Bretton Woods, el dólar se convirtió en la divisa mundial de reserva, respaldada por el oro. Un cuarto de siglo después, (el ex presidente Richard) Nixon (1969-1974) eliminó el respaldo del oro para nuestra moneda.

El rol del dólar como tipo de cambio universal para las reservas y el comercio es absolutamente central para nuestro poder y alcance internacional.

Esta apuesta nuestra es fuerte. Poner al dólar en problemas, como lo hicimos nosotros, es algo muy, muy importante. Al menos China, Rusia, Brasil, India y Corea del Sur, y muy probablemente otros, exigen ahora la gradual eliminación y reemplazo del dólar como moneda de reserva.

He visto venir esto desde hace alrededor de un año. He estado hablando sobre esto. Es una de nuestras actuales responsabilidades. Al final, si uno crea una situación en la cual la gente no quiere dólares, no hay nada que pueda hacer al respecto. Ésta es una cuestión estratégica.

IPS: ¿Alguna más?

CHARLES FREEMAN: Nadie le está prestando atención alguna, tampoco, a las consecuencias de la erosión del orden mundial que tejimos tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y de la era poscolonial que le siguió. Ambos fenómenos profundizaron eso que yo llamo la idea euroestadounidense o de la comunidad atlántica sobre los derechos humanos y civiles, incluida la concepción de que todos los estados —incluido Estados Unidos— deberían ser sometidos a las mismas reglas.

Ahora vemos un mundo cuyo centro de gravedad se ha trasladado, de muchas maneras, a Asia, a países como China e India, naciones no occidentales que no participaron en la elaboración del consenso atlántico sobre el estado de derecho. Eso deja en pie las grandes preguntas: ¿sobrevivirá el legado que creamos estadounidenses y europeos si no trabajamos juntos para mantenerlo? ¿O otros pueblos cuyos valores no son los nuestros dictarán nuevas normas y un nuevo orden? ¿Y qué consecuencias tendría para nosotros un orden basado sobre valores diferentes de los nuestros?

IPS: ¿Por qué el almirante Blair lo eligió para presidir el Consejo Nacional de Inteligencia?

CHARLES FREEMAN: En cierto sentido, los dos pensamos muy parecido. Cuando me preguntó, mi reacción inicial fue negativa, porque había pasado 30 años trabajando para el gobierno y, en mi opinión, 30 años eran suficientes. No quería hacerlo de nuevo.

Al final, Blair me convenció de que tenía un deber que cumplir con mi país, porque no es sencillo encontrar a alguien con mi nivel y diversidad de experiencias, que abarcan América Latina, África, Asia meridional, Asia oriental, el sudeste asiático, el mundo árabe, Medio Oriente, Europa, Rusia, Corea del Sur, Asia central, las políticas de defensa...

En segundo lugar, tengo una reputación de pensar estratégicamente, de analizar las implicaciones de largo plazo más que sumergirme en el corto plazo. También se me acusó de pecar de realismo y objetividad. Y tal vez se me vea como un iconoclasta. Sabía que sería controvertido, porque he sido indiferente a la corrección política.

Llegué a creer que podría mejorar la calidad del proceso y restablecer la credibilidad del producto. Y que podría producir informes de clasificación lo suficientemente baja, y hasta desclasificados, como para que les resultaran realmente útiles al Congreso y a otros participantes en los debates nacionales.

Pero entonces resultó evidente que esta pequeña pandilla de likudniks (militantes del derechista partido Likud, hoy al frente del gobierno israelí) que me perseguían continuaría con sus actividades difamatorias, usándome como excusa para desacreditar cualquier juicio de la comunidad de inteligencia que les resultara antipático.

Llegué así a la conclusión de que podría hacer todo lo que me propusiera, excepto restaurar la credibilidad de la inteligencia estadounidense. Mi único consuelo ante sus viciados ataques es que con su sobreactuación, más que sofocar el debate, tal vez lo hayan abierto.

* Periodista estadounidense, corresponsal de la agencia Inter. Press Service en Washington


domingo, 5 de abril de 2009

EE.UU. PIDE UNA ENERGICA RESPUESTA INTERNACIONAL CONTRA EL LANZAMIENTO DEL COHETE REALIZADO POR COREA DEL NORTE

Corea del Norte ha concretado su desafío a la comunidad internacional con el lanzamiento esta madrugada (hora española) de un nuevo misil estratégico. El Gobierno de Pyongyang ha confirmado el lanzamiento "exitoso" de lo que ha asegurado que es un "satélite de comunicaciones". El régimen de Kim Jong-il ha apuntado que el cohete Unha-2 ha sido capaz de poner en órbita el satélite Kwangmyongsong-2, como parte del desarrollo de su programa espacial. Sin embargo, tanto EE UU como Corea del Sur han negado que Corea del Norte haya conseguido poner en órbita ningún satélite. Las Fuerzas Armadas estadounidenses aseguran que "el aparato ha caido en aguas del Pacífico".

La acción norcoreana ha levantado las iras de gran parte de la comunidad internacional y las declaraciones de condena contra el régimen de Kim Jong-il no han tardado en producirse। Barack Obama ha advertido de que la el lanzamiento norcoreano "crea inestabilidad en su región y en todo el mundo", y ha exigido al régimen de Kim Jong-il "que se abstenga de cometer más acciones de este tipo". En un comunicado distribuido por la Casa Blanca, el presidente estadounidense denuncia que "con este acto provocador, Corea del Norte ha hecho caso omiso de sus obligaciones internacionales, ha rechazado los llamamientos a la calma y se ha aislado aún más de la comunidad internacional". Por su parte, la ONU, a petición de Tokio, que considera el lanzamiento "extremadamente provocador", ha convocado para esta tarde una reunión urgente del Consejo de Seguridad.

Rusia pide calma

Ayer sábado,el régimen de Pyongyang ya había asegurado que todo estaba preparado para poner en órbita un satélite de comunicaciones, que para los expertos no es otra cosa que una prueba encubierta de un misil balístico Taepodong-2 de largo alcance (6.700 kilómetros), informa José Reinoso. Fuentes gubernamentales estadounidenses han asegurado que "tomará medidas para hacer saber que Corea del Norte no puede amenazar la seguridad de otros y salir impune". "Con este acto provocativo, Corea del Norte ha hecho caso omiso de sus obligaciones internacionales (...) y se ha aislado de la comunidad de naciones", indica Obama en el comunicado.

Rusia ha llamado a la calma después de conocer el lanzamiento del cohete. "Estamos comprobando si este lanzamiento es una violación de algunas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Llamamos a todas las partes a abstenerse de tomar ninguna medida que pueda llevar a una escalada de tensiones en la península coreana", ha dicho un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, según informa la agencia de noticias rusa RIA.

Según la agencia japonesa de noticias Kyodo, el Ejecutivo japonés, que ha calificado el hecho de "lamentable", asegura que el proyectil lanzado desde Corea del Norte habría pasado por encima de su territorio "sin que haya sido necesario interceptarlo". Según la agencia japonesa, parte del cohete habría caído en el Mar de Japón (Mar del Este), a unos 280 kilómetros al Oeste de la costa nipona, y se prevé que otra parte del fuselaje caiga a unos 1.280 kilómetros de la costa, al otro lado del país.

¿Intenciones pacíficas?

Pyongyang asegura que sus intenciones son pacíficas, pero Estados Unidos, Japón y Corea del Sur exigieron con insistencia a Pyongyang el abandono de este proyecto. La decisión ha puesto también en estado de alerta a toda Asia oriental. Barcos de los tres países, incluidos dos destructores de EE UU, han sido desplegados en la zona para seguir el ensayo y destruir el cohete en caso de que se produzca algún fallo.

Washington dice que el ensayo viola la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU adoptada en 2006 tras las pruebas, atómica y de misiles realizadas por Corea del Norte. El presidente Obama ha asegurado desde Praga que Pyongyang "debe abandonar el desarrollo de armas de destrucción masiva para tener el apoyo de la comunidad internacional" y ha señalado que EE UU trabajará con este fin.

Reunión del Consejo de Seguridad

El embajador de Japón ante la ONU, Yukio Takasu, ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de este organismo debido al lanzamiento del misil norcoreano. Según fuentes diplomáticas, la reunión ha sido convocada para las 21:00 (hora española).

En una carta enviada al presidente del Consejo de Seguridad, Takasu ha pedido una "reunión urgente" para "considerar el lanzamiento efectuado" por Pyongyang. Japón y Estados Unidos quieren aprobar una resolución que condene el lanzamiento y endurezca las sanciones contra Corea del Norte.

Según el experto en relaciones internacionales Bruce Klingner, de la Heritage Foundation con sede en Washington, el misil norcoreano es la primera prueba internacional para la Administración de Obama. "Es muy importante que el presidente responda correctamente. También implica una afrenta al Consejo de Seguridad de la ONU, que ahora debe defender sus resoluciones. Si no se pone firme, será otra derrota para las Naciones Unidas".

LA TRAMPA DE LOS DOLARES DE CHINA

Paul Krugman

En los comienzos de la crisis financiera, los bromistas decían que nuestras relaciones comerciales con China habían resultado ser justas y equilibradas después de todo: ellos nos vendían juguetes envenenados y pescado contaminado, y nosotros les vendíamos valores fraudulentos.

Pero últimamente ambas partes de ese acuerdo están fallando. Por un lado, el interés del mundo por los productos chinos ha caído en picado. Las exportaciones de aquel país se han hundido en los últimos meses y son ahora un 26% más bajas que hace un año. Por otra parte, es evidente que los chinos están poniéndose nerviosos por culpa de esos valores.

Pero parece que China sigue teniendo expectativas poco realistas. Y eso es un problema para todos nosotros. La gran noticia de la semana pasada fue un discurso de Zhou Xiaochuan, el gobernador del Banco Central de China, en el que pedía una nueva "moneda de reserva supersoberana".

La facción paranoica del Partido Republicano advirtió inmediatamente sobre un vil complot para que Estados Unidos renunciase al dólar. Pero el discurso de Zhou Xiaochuan era en realidad un reconocimiento de la debilidad del país. Lo que estaba diciendo, de hecho, es que China se ha metido a sí misma en una trampa de dólares y que no es capaz de salir de esa trampa, ni de cambiar las políticas que la hicieron caer inicialmente en ella.

Algunos antecedentes: en los primeros años de esta década, China empezó a registrar grandes superávit comerciales y también empezó a atraer un flujo considerable de capital extranjero. Si China hubiese tenido un tipo de cambio flotante -como, por ejemplo, Canadá-, esto habría provocado una revalorización de su moneda que, a su vez, habría ralentizado el crecimiento de las exportaciones chinas.

Pero, en vez de eso, China decidió mantener el valor del yuan más o menos fijo con respecto al dólar. Para hacerlo tenía que comprar dólares a medida que llegaban. Con el paso de los años, esos superávit comerciales siguieron creciendo, al igual que lo hizo la reserva de activos extranjeros de la República Popular China.

Pero la broma sobre los valores fraudulentos era injusta en realidad. Aparte de un tardío e irreflexivo acopio de acciones (de las más altas del mercado), los chinos han acumulado principalmente activos muy seguros, entre los que los bonos del Tesoro de Estados Unidos (bonos T, para abreviar) representan una parte importante del total. Pero aunque los bonos T son seguros como los que más, ofrecen una rentabilidad muy baja.

¿Había alguna estrategia oculta tras esta vasta acumulación de activos de baja rentabilidad? Probablemente, no. China adquirió su alijo de dos billones de dólares (con lo que convirtió la República Popular en la República de los bonos T) de la misma forma que Gran Bretaña adquirió su imperio: en un ataque de insensatez.

Y, según parece, el otro día, los dirigentes chinos se despertaron y se dieron cuenta de que tenían un problema. La baja rentabilidad no parece preocuparles demasiado, ni siquiera ahora. Pero, aparentemente, están preocupados por el hecho de que alrededor del 70% de esos activos estén expresados en dólares, por lo que cualquier caída futura del dólar conllevaría una gran pérdida de capital para China. De ahí la propuesta de Zhou de pasar a una nueva moneda de reserva del tipo de los Derechos Especiales de Giro (DEG), en los que el Fondo Monetario Internacional mantiene sus cuentas.

Pero esto es a la vez más y menos simple de lo que parece. Los Derechos Especiales de Giro no son dinero real. Son unidades contables cuyo valor se fija en función de una mezcla de dólares, euros, yenes japoneses y libras británicas. Y no hay nada que pueda evitar que China diversifique sus reservas apartándose del dólar ni, por supuesto, que se haga con una reserva que tenga una composición mixta como la de los DEG; es decir, nada excepto el hecho de que ahora China tiene tantos dólares, que no puede venderlos sin provocar una caída del dólar y desencadenar la pérdida de capital que temen sus dirigentes.

Así que, en realidad, la propuesta de Zhou equivale a una súplica para que alguien rescate a China de las consecuencias de sus propios errores de inversión. Pero eso no va a ocurrir.

Y la petición de alguna solución mágica al problema del exceso de dólares de China indica algo más: que los dirigentes de aquel país no se han enfrentado al hecho de que las reglas del juego han cambiado de una forma fundamental.

Hace dos años vivíamos en un mundo en el que China podía ahorrar mucho más de lo que invertía y deshacerse de su exceso de ahorro en Estados Unidos. Ese mundo ha desaparecido.

Aun así, el día después de su discurso sobre la nueva moneda de reserva, Zhou dio otro en el que parecía afirmar que la altísima tasa de ahorro china es inmutable, una consecuencia del confucionismo, que valora la "antiextravagancia". Mientras tanto, "no es el momento apropiado" para que Estados Unidos ahorre más. En otras palabras, dejemos las cosas como estaban. Pero eso tampoco va a ocurrir.

La conclusión es que China todavía no se ha enfrentado a los dolorosísimos cambios que serán necesarios para afrontar esta crisis mundial. Claro está que lo mismo podría decirse de los japoneses, los europeos y los estadounidenses.

Y ese no aceptar las nuevas realidades es el principal motivo por el que, a pesar de algunos rayos de esperanza (la cumbre del G-20 ha conseguido más de lo que yo pensaba), es probable que esta crisis todavía se prolongue durante años.